Desde un principio había una idea clara, yo quería abrir “el local al que nos gustaría ir a comer”. Para ello tendría que aportar un granito de arena, mis conocimientos y preferencias culinarias, sin duda habría muchos productos, verduras, guisos, salsas y sabores de toda la vida, especias y hierbas aromáticas, platos que te trasladan al sofá de la abuela o a la mesa de cualquier casa de España. Desde la creación de este proyecto, la calidad y la frescura han sido las consignas de este establecimiento.
Ante todo, yo quería que hubiese cocina, de la de verdad, en la que hay ollas, carnes, verduras y legumbres y los productos más frescos para con ellos elaborar no sólo nuestras comidas, sino varias sugerencias que cambian diariamente.
Este era y es mi propio proyecto. Crear un ambiente abierto, relajado y amigable.
No fue un comienzo fácil ya que comenzó en noviembre del 2007, con la cabeza asomada de la crisis del 2008, algunas limitaciones, entre ellas que no disponía de mucho para alquilar un local. Encontramos un local y un barrio que, a pesar de necesitar mucho trabajo, podía encajar con la idea que yo tenía en mente.
Los preparativos para la apertura fueron duros, incluso yo que siempre soy muy positiva, tuve momentos de querer abandonar por los problemas con las obras y todos los permisos para preparar el local.
El 24 de noviembre de 2007 y tras superar muchas dificultades, abrió El Almirez en el barrio de Sevilla Este, una de las zonas de la capital más difíciles en la apertura de nuevos negocios.
El negocio arrancó con un equipo de 3 personas, ahora, está formado por 5 profesionales, todos con pasión por la cocina.